miércoles, 9 de junio de 2010

Revisar los cálculos

Hay varias formas de tener lo suficiente para vivir dignamente, pero hay muchas más para no tenerlo.

Es más accesible la pobreza que la riqueza. Es más fácil perder un patrimonio que generarlo y conservarlo.

Me animo a decir que estas son verdades ... hasta que se demuestre lo contrario.

Todos los seres humanos nos observamos, miramos, comparamos y hasta vigilamos.

En condiciones normales, intentamos conocer qué pueden otros para intentarlo.

La consigna es: «Si otros pueden, ¿por qué yo no?»

Y acá aparece un detalle que no deberíamos descuidar.

Un proverbio chino dice: “Un hombre rico teme la fama igual que el cerdo teme su propia grasa”.

Estoy de acuerdo con esta idea porque no es prudente publicar lo que tenemos que otros no tienen y es inteligente publicar lo que nos falta que otros tienen.

Nuevamente: esta fórmula me parece verdadera ... hasta que se demuestre lo contrario.

Por lo tanto: en la tarea de observar, mirar, comparar y vigilar, estamos recibiendo una información deliberadamente distorsionada por quien la emite.

Dicho de otra forma: si yo veo que alguien tiene mucho más dinero que la mayoría, tengo que pensar que eso no es cierto, que estoy percibiendo mal, que estoy recibiendo un dato falso, porque no es prudente publicar lo que alguien tiene más que otros.

En suma: quienes publican sus características sobresalientes, o mienten o están cometiendo un error que les hará perder lo que tienen de más.

Cuando recibimos esa información (que alguien es rico), es más sensato pensar que estamos ante alguien que quiere aparentar un poder que en realidad no posee.

Conclusión: no podemos dejar de observarnos y compararnos, pero tampoco podemos olvidarnos de hacer algunos ajustes lógicos en lo que percibimos.

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