viernes, 3 de febrero de 2012

La violencia es barata pero no rinde

Usamos la violencia para eliminar las situaciones inconvenientes que no podemos comprender por falta de desarrollo intelectual y madurez emocional.

Existen razones muy importantes para que los humanos usemos la violencia física, brutal y despiadada.

— Puede ser entendida y aplicada por personas de muy bajos niveles de educación;
— El miedo (provocado por la violencia) es un sentimiento altamente efectivo, paralizante, disuasivo, que está fuera del control del quien lo padece;
— Requiere escasos recursos económicos (por eso resulta accesible para una mayoría de personas).

Las políticas que se aplican universalmente para controlar y desestimular el consumo de drogas psico-activas (cocaína, marihuana, anfetaminas), son fundamentalmente violentas.

Una técnica que suele funcionar muy bien para estudiar los fenómenos sociales consiste en dejar de lado los juicios de valor (bueno, malo, perverso, ideal, positivo) adoptando una postura lo suficientemente humilde como para poder reconocer que el hecho que nos ocupa está funcionando perfectamente bien (porque para que permanezca tiene que ser viable, armónico, coherente, saludable), a pesar de que no podemos comprenderlo aún.

Lo digo de otra forma:

Los juicios de valor son reacciones arrogantes que nos someten, nos atan, nos encarcelan.

Nuestra mente difícilmente pueda funcionar inteligentemente cuando confunde «lo que es» con lo que «debería ser».

Algo que ocurre con el fenómeno del narcotráfico es que lo encaramos con una mente obnubilada por:

— el escándalo mediático referido a la corrupción de sus actores, a una especie de lucha mística entre «el bien y el mal»;

— la envidia que sentimos hacia quienes gozan consumiendo y hacia quienes se enriquecen inescrupulosamente;

— la convicción de que la violencia (represión) brutal, ciega, demoledora, realmente es efectiva, radical, infalible.

Tanto en el narcotráfico como en nuestra economía personal, la violencia es una solución tan barata como ineficiente.

Lo único efectivo es desarrollar (estimular, patrocinar) la responsabilidad individual.

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