El socialismo y el capitalismo son estilos de
organización social determinados por la administración de la envidia que todos
sentimos, lo aceptemos o no.
Cuando pensamos en organizar
la sociedad (el colectivo en el que vivimos), tenemos dos opciones:
1) Desarrollamos un Estado que
acumule, guarde y administre la mayor cantidad de la riqueza que todos
producimos (socialismo); o
2) Dejamos que los ciudadanos
tengan la libertad de acumular la cantidad de dinero que sean capaces
(capitalismo).
Puesto que ambas opciones
tienen aspectos positivos y negativos, difícilmente encontremos colectivos que
hayan elegido uno solo con exclusión del otro (Cuba y Corea del Norte funcionan
con regímenes exclusivamente socialistas). Salvo estas dos raras excepciones,
los pueblos optan por una organización básicamente socialista con rasgos
capitalistas (China, Brasil, Argentina) o una organización básicamente
capitalista con rasgos socialistas (Estados Unidos, Francia, Inglaterra).
Comentaré un inconveniente y
una virtud de uno y otro sistema de organización, considerando que la envidia
es un sentimiento universal que nos influye individual y colectivamente, pero
cuya existencia solo aceptamos en los demás y difícilmente en nosotros mismos.
Socialismo:
Virtud: Los ciudadanos
envidiosos (la mayoría absoluta), no sufren pensando que un ciudadano de carne
y hueso como ellos posee una gran fortuna. Los envidiosos jamás envidiarían la
riqueza del Estado, solo envidian a personas como ellos mismos;
Defecto: Las personas de carne
y hueso que administran la fortuna del pueblo, no la cuidan, tratan de
apropiarse de ella (robarla) o la despilfarran pues no les costó crearla. Otros
fueron quienes trabajaron, produjeron y ahorraron.
Capitalismo:
Virtud: Los ciudadanos
envidiosos tienen la oportunidad de calmar su mortificación procurando obtener
mediante su esfuerzo aquello que otros tienen y ellos desearían tener. La envidia
en el capitalismo es un factor estimulante de la producción, de la competencia,
del crecimiento tecnológico y de la prosperidad. Sus fortunas son administradas
con gran celo, no hay despilfarros y las fuentes de trabajo que crean (con
fines de lucro) están administradas tratando de estimular la máxima
productividad de los recursos;
Defecto: Siempre está presente
el peligro de que algunos agentes económicos abusen de su poder económico
explotando desconsideradamente a los trabajadores. El individualismo, la
mezquindad y el afán de lucro crean sociedades donde los menos favorecidos
(niños, ancianos, enfermos) corren serios riesgos de perecer.
(Este es el Artículo Nº 2.117)
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