viernes, 19 de noviembre de 2010

La celulitis en las fantasías inconscientes

Las fantasías más influyentes en nuestra conducta, son las inconscientes.

Sobre estas, sólo tenemos hipótesis, teorías, suposiciones.

Sin embargo, este no es un motivo suficiente para descalificarlas, porque cuando partimos de la base de que son ciertas (como hipótesis de trabajo en un proceso terapéutico), notamos que su explicitación produce efectos de cambio.

En otras palabras, algunas fantasías inconscientes parecen muy descabelladas, pero cuando el paciente se entera de que esas ideas disparatadas podrían estar en su mente, luego de descreer de ellas, notamos que los síntomas penosos que lo trajeron a la consulta comienzan a remitir, que la calidad de vida mejora, que ahora le interesan otros asuntos y que sigue afirmando que aquella hipótesis alocada no tiene ninguna relación con estas conquistas.

A modo de ejemplo, compartiré una fantasía inconsciente.

Antes aclaro, que una fantasía consciente es —por ejemplo— la de sacar la lotería para comprarnos una casa, operarnos los senos, provocarle envidia a nuestra cuñada.

Una fantasía inconsciente es la que tienen algunas mujeres (repito: sin saberlo).

Ellas imaginan una relación sexual con tres hombres.

Uno la penetra vaginalmente, otro la penetra analmente y al tercero, ella le practica una fellatio, bebiéndose el semen de la eyaculación.

La lógica (disparatada, pero muy humana) de esta fantasía es la siguiente:

— Quien la penetra vaginalmente, es un hombre muy amado como podría ser su padre, un ídolo de ficción, Dios o cualquier otro que le fecunde un hijo maravilloso;

— Quien la penetra analmente, es un hombre cuyas características están muy próximas a lo animal. Probablemente sea de raza negra, con un pene de grandes proporciones, de actitud impulsiva, bestial;

— Quien le entrega su pene para que lo excite con la boca, es alguien que posee valores que ella desearía incorporar (fuerza, poder, liderazgo, salud, resistencia, sin celulitis).

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