viernes, 7 de mayo de 2010

Odio tu felicidad

Es «políticamente incorrecto» ser envidioso y vengativo. Me corrijo: Es «políticamente incorrecto» mostrarse envidioso y vengativo.

Lo censurable es que uno deje ver esa condición natural. No queda bien la desnudez y no queda bien mostrar estas cualidades, tan naturales como la vagina o el pene.

¿Qué hace la publicidad? Pues nos muestra gente envidiable y nos estimula para que (¿vengativamente?) nosotros también tengamos eso que envidiamos en los modelos mostrados por la publicidad.

“¡Mira qué feliz está esa mujer de cuerpo perfecto y que nos sonríe mientras tironea de una manija atada a un resorte!”, “¿Por qué esa desgraciada sigue tan bien peinada mientras fríe papas con el Aceite Primor (sin Aromaticina)?”; “... y ese flaco estúpido que se gana las miradas de todas sólo por emborracharse con Cerveza Orinol bien helada?”.

Odio, venganza, pasiones quemantes, envidias dantescas, tragedias de Shakespeare, ríos de sangre corren por nuestra mente agazapada detrás de una cara lánguida con la quijada ligeramente caída.

Después de que la envidia ha matado a más personas que las guerras —o al menos provocado arrugas irreversibles en rostros aún jóvenes—, llega el psicoanálisis para decir: No se envidia «eso» que el otro tiene y nosotros no. Lo que se envidia es la imagen de un semejante que está feliz porque (creemos que) logró no sentirse incompleto.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha parecido muy interesante el análisis, sobre todo la frase. "No se envidia «eso» que el otro tiene y nosotros no. Lo que se envidia es la imagen de un semejante que está feliz porque (creemos que) logró no sentirse incompleto.
Tienes toda la razón...